Rojo atareado
del ritmo pseudonimo
se piensa sin cualidad
en un carrusel sin jinetes.

Rojo mudo
desprecio atado con llaves
sabiduría sin regocijo que no utiliza los ojos,
se pierde los acrosticos que el sepulturero buscaba.

Rojo sutil
sin prendas ni pudor
serpiente lisa que retuerce
el cuello donde se respira sed.

Rojo final
ceguera impulsada por mil recurrentes ideas cargadas.

hold


Renueva tus votos de seda roja.
Anciano yo,  ahora que no sientes la caricia del ciempiés.
Sufre el abrazo del ardiente anillo.
Arma tus ritos y eleva en el alba la cálida risa
Entre mitos y selvas no haya diferencia,
Ve que no hay más que oro,
Sus ojos reordenan sus despertares sexuales
Ve en el tablero un diapasón de oro
Hecha de pieles, su nariz no se debe tocar
Lo único que busca es la tercera voz,
No es ella la que se pierde, sino él que se pierde en ella.

Entrecerrados ojos que al nacer no vieron luz sino delirio.
Ven a mí, se mi quinta razón para existir.
Entona la verde armonía del ruiseñor tardío 
Llama en la costa al exilio, al lúdico verbo
Levanta frente a mí tus murallas hechas de historia.


-(no hay que abandonar
ni el amor, ni la escritura)-


La libinosidad es un destierro fatal a cualquier experiencia. Cuando se acaba, uno se encuentra perdido en una accion que nunca quiso cometer. He sido un absurdo iluso, he creido que podia desterrarla y siempre despierto en trance, despierto nuevamente en la oscuridad nueva. Se ampara lo que digo con siete luciernagas azules, y una especie de buho alumbra el lugar. Soy un monstruo que luego de decapitar a una familia despierto en sangre y al espejo lloro, ha habido más en mis manos que en las sucias palmas del horizonte medanico. Pero es al cabo de horas que revive el fosforo en mi, el impregnamiento abarca unas diecinueve decimas de hora, la actitud resuena en el medioevo, el aura alucina, mis uñas se adhieren al sueño de tomar la nuca de todos los pequeños hijos que cuelgan del limonero. Pero ni bien termina el soliloquio despierto empapado en sudor, lastimado por quien sabe que herida y de alguna forma nostálgico, solo logro pensar en una causa justa para lo que me pasa, solo necesito convencerme que el monstruo tiene su finalidad entendida, nunca lograria sino las inmensas ganas que tengo de terminar con todo aquello.

Desarreglo


Coloquio de contexturas y mentas
Destitución de alientos versificados
Vil cruzada entre naturalistas y Afrodita
Reflejo de almohadas antiguas en la
Pálida verdad que se esconde tras redactores de luz
Inmanente ocaso escindido por el frio
Aparente vision entre escamas rojas y llaves
Mirador y buzones y maullidos revestidos de collage
Y deseo y presion de pulgares
Cuello vampirico uniforme
Ausente calidez virtual que adormece
y contencion y luz y libertinaje
¡Despertar!


La escritura, actividad médium, luego descifrada por la inspiración, se reduce a dinero y cenizas en los alrededores del siglo XIX. Olivia, se siente un minotauro en la búsqueda de un sendero para proponerle a su madre un nuevo guardarropa. Ahora mismo toca la puerta un importante cobrador de seguros cuya mujer, especialista en pastas, revoluciona su club de lectura proponiendo un libro de Mark Twain.
Una vieja fabrica de insumos, luego, cerca del fuego, un bar donde hace años tocaba Elvis.
Llorábamos en el piso mientras sonaba un tema de Bowie.
Y en mi muñeca un tatuaje que habla de mi.
De lo que vos no.

William Joseph Pleiton.

Hasta el profundo laureleado donde estima los amarillos canarios del sur, se sorprende y entona entre miles de gritos un hueco de desentendimiento, abre la amapola con los ojos cerrados e intenta destruir el destino de todos los guerreros de Atoms, revela, en su absoluto, una paciencia absoluta regida por el emperador. De noche no hay té que lo calme, los vampiros son su gran temor.

En el viento suelta sus falanges delicadas y desquicia al camino perdido
irrumpe la idea de un pasado, de uno soñado con la falsa y elegante faceta
soy testigo de su sonrisa inconsciente, de su cruce entre cosmovisiones
puedo ser jaula, la contradicción viaja de noche, lastima faunas y floras
y me consume, en su intento de verse real, me aflige con su invitación 
solo queda en la mesa color veneno, cerca del retrato de su día favorito


Un libro marcado, un algodón.


  • soy un niño contradictorio que refleja cosas.
  • disfruto lo que nadie lee en el momento en que leemos otras cosas.
  • idealizo y degusto la belleza de las cosas
  • y tengo frio y sufro a la noche.
  • pero de dia veo todo lindo y monotono
  • a veces, si pones cosas en mis manos las destruyo.
    "I'm going to kill myself tomorrow"

naturalista

Aparecería por la mañana desnuda, 
cálida intemperie deliciosa que se detiene frente al espejo y pregunta  
de los otros es que son justo lo contrario,
en dos monstruos campanarios, la incomodidad muda, el secreto de las flores ventanales, 
se fumaria los lunares de su espalda y recorrería el camino hacia las verdades de su vientre.

El espejo tose, 
los dioses estan dentro de mi, 
seré el que la desgracia traiga. 


Como si lucieran un vestido roto mis palabras tropiezan. ¿Qué viveza alumbra la sulfurica muestra de noche, de vicio y correspondencias? ¿Que lustro ha pasado desde que he muerto y he visto la idea inicial? La he visto, la he tocado, la he imaginado y no he podido resisitir. Quiza sigo vivo en esa cabaña en la montaña, quiza sigo charlando con la causa inicial, con el tiempo y el topos. ¿Pero por que mi mano existe para escribir? ¿Por que pueden las palabras ser reflejos de algo?

Abre los ojos querida Ofelia, se el ministro de mis idealizaciones. Cree en lo que te digo sin preguntar porqués.
Hoy he visto como una señora barajaba las cartas en el almacen de Distrés. Sin usar los ojos ni sus manos ella abarajaba los aces, las picas, los treboles. Ella abajaraba sin pensar en su viudez, ni en el automatismo de la espera de su orden. Abarajaba sin temer por la muerte de sus padres ya fallecidos, sin temer su propio fin, sin pensar su creacion, ni su existencia, ni su tiempo, ni su meta. Abarajaba por inercia, por sed, por lujuria.

El dueño de los ojos grises le llamó la atención.

Camisas nuevas.


— No esta mal, a veces no puedo pensar con claridad.
— ¿Te gusta esa chica?.
— Me gusta, ¿que tiene de malo?
— Nada, nada. Por que es un problema no depender de la ilusión, sin embargo a veces te puede doler. Alguna noche te va a despertar con un café y mirando para abajo, moviendo los pies, intentando decirte algo.
— ¿Qué me va a querer decir?
— No lo se, ella no te busca, pero piensa en vos como en un valioso lemon pie en una tierna mañana de Saturno, a vos te abre los ojos con diamantes decididos, con lamentos valiosos y rompe con los estatutos. No es amor, no es ni odio ni sentimiento, es una condición eterna. Esa atracción que simboliza el tiempo, la ideal estructura.
—  Vos no sabes lo que siento.
—  Lo único que se es que las atracciones tienen una expectación, que un día se va a quebrar en tantas partecitas y no vas a saber como lidiar con tu vida, vas a terminar con las manos llenas de pulpa y semillas. Pero me tenés que entender algo Emiliano, el olor a limón uno no se lo saca más de las manos.

Piedra

La mujer de la mancha
blanca
de las manos
ahuecadas 
de las uñas
anaranjadas
de los colores
archipiélagos
de la 
sonrisa oculta
aquella que 
obscura observa 
y juzga
aquella que la luna 
interpreta y forja 
su marea. Como a
mi sangre le sucede, 
ciertas noches se
acciona y otras muy
menos sufre y
pierde su
monocromatismo
su sed
y su
voz.