Un reutilizable amor, que sirve para cuando estas solo, que sirve cuando te gusta reír. Y cuando queres corromper a una niña; una pálida, perlada amenaza de dos piernas y de una frente que enseña las palabras:
Buen provecho.


Los escudos se quiebran con extasis, no con ideas ni tiempo.
Destino pregunta: ¿Podes conformarte?