La
escritura, actividad médium, luego descifrada por la inspiración, se
reduce a dinero y cenizas en los alrededores del siglo XIX. Olivia, se siente
un minotauro en la búsqueda de un sendero para proponerle a su madre
un nuevo guardarropa. Ahora mismo toca la puerta un importante cobrador de
seguros cuya mujer, especialista en pastas, revoluciona su club de lectura
proponiendo un libro de Mark Twain.
Una
vieja fabrica de insumos, luego, cerca del fuego, un bar donde hace años tocaba
Elvis.
Llorábamos
en el piso mientras sonaba un tema de Bowie.
Y
en mi muñeca un tatuaje que habla de mi.
De
lo que vos no.
William
Joseph Pleiton.
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