Oh dulce viento, clamanos una vez más.
Sonsaca las soledades antiguas
Que se han vuelto insolubles en mis ojos
Sus muñecas de marfil que dejan caer retazos de tela,
Su azúcar en mi café, todas las caras de sus dados.
Tomar su cintura y absorber su alma.
Cada vez más lejos, un poquito más.
Llueve incesante, lloras tu miel.
Llevabas una vida tan simple.
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