Me he quedado solo rodeado de unas lámparas, especies de faroles muy suaves. En un sueño blanco, donde la nieve ha dibujado algunos árboles que me recuerdan paneles de plástico, desilusiones; —no corras con ellas —dijo un fantasma. Me ve solo y me pregunta de la nada, sin darme el peso de su mirada, cuantas veces más voy a estar sentado en el suelo, solo y sin compadecerla. ¿Que no veo yo que ella esta más sola? Pretendo no alejarme de las cosas de las cuales me alejo y uno a uno se va desatando; uno a uno mis dedos de los nudos de los globos. Muy bien, aunque el carruaje hacia ruido. Creí ver en el camino una linda dama, pero mi imaginación causa heridas graves. Mi compañera, sentada a mi lado, era evangélica y una señora miraba para atrás preguntándose porque el carruaje hacia ruido.
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