
Pasa por una cuestión de subjetividad, de pensar el porque de las cosas constantemente y el lo sabe porque debe vivir con esa carga eterna día a día. Admirando el sol que pega contra el pizarrón me quedo distante frente a las miles de partículas, esas que parecen pelusas que no podemos tocar ni agarrar. Pienso en como algo tan insignificante me perturba, como puedo ser tan estupido para algunas cosas, pero tampoco lo pienso demasiado. Mañana debo ir a verla, otra vez, y debo mostrar mi mejor cara para que no piense que me pasa algo, para que no sospeche lo que siento y para tratar de olvidar lo que me pasa, llega un momento en el que nada borra esa mancha en mi camisa, por mas que trate de sacarla, ella persiste ahí y no me deja dormir, no me deja sonreír. ¿Pero porque dejar que esa mancha me domine? es solo una mancha, con una forma irregular sobre mi camisa, esa camisa que me compre hace mucho, es basura, tendría que comprar una nueva. La luz que irradia en mi camisa manchada un sentimiento calido es solo el calor del sol, no es nada más. Y así, arroje la camisa al río y vi por ultima vez esa mancha. Cuando se fue, suspire porque sabia que lo que había hecho era simplemente lo que quería hace tiempo. Esa noche pude descansar, pero al otro día el sol no salio. Y nunca más sentí calidez irradiada en su luz. Pensé en buscar la camisa, pero decidí vivir con ello. A veces vuelvo al pizarrón, extraño las partículas dispersadas, pero por lo menos no pienso en ella, ahora puedo distraerme y ser feliz.
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