Tendido en la profundidad del pacifico, blandiendo sus brazos, viendo caer su orgullo y su pasado, todo por una simple confusión, porque no tenia idea de lo que pasaba, despertó empapado, fue al baño y se lavo la cara para despejar ese sueño que lo tenia preocupado hace dos meses. Era lunes y cabía la posibilidad de faltar al trabajo, total con todas las horas extras y pocas vacaciones su jefe lo entendería. Llamo a la compañía y le dijo a la recepcionista que faltaría por enfermedad. Se recostó y encendió el televisor, donde no encontró nada que ver. Su apartamento, solitario y oscuro demostraba que Jorge era un hombre raro, en la pared que pegaba a la ventana había dos estantes llenos de libros de literatura, y la parte de abajo estaba plagada de libros enciclopédicos. La cocina estaba impecable, con una olla con fideos de la noche anterior tapada con un repasador, para que el sol ni las moscas no hicieran de las suyas. La luz del sol invadía toda la casa, destellante y Julio cerraba las persianas para combatirlo.
Cayó dormido otra vez. Estaba en el puerto de una bahía del pacifico, saludando con mucho empeño a una familia, entre ellos había una mujer hermosa, peinada de forma extraña y con un rostro exquisito, una niña con las mismas facciones de el y con el pelo de esta mujer, sonreía y saludaba con el mismo entusiasmo que Julio lo hacia en el sueño y finalmente este chico, de pelo corto que lloraba a mas no poder. Julio miro a su izquierda donde un hombre estaba sentado con una sonrisa en la cara, Julio lo reconoció al instante, era su hermano, no lo veía desde hace diez años y ahí estaba como si nada hubiera pasado. - Lindo día elegimos Julio para ir eh. - dijo mientras apuntaba su mano a la gran nube de tormenta que se acercaba-. Cuando intento responder, Julio descubrió que en su sueño no podía hablar así que solo le mostró una sonrisa y se sentó a su lado. Al siguiente segundo Julio volvía a estar ahogándose en el pacifico, volvía a desesperarse a blandir sus brazos a mas no poder y cuando iba a perecer despertaba asustado en su departamento.
No lo soportaba mas, no quería volver a sentir ahogarse cada vez que tenia el sueño, se decidió a entender porque soñaba algo así y lo primero que le vino a la mente era su hermano, pero no tenia como contactarlo ya que hacia años que no se hablaban. Fue a la cocina y calentó la cena, cuando la término se lavo las manos, se miro unos segundos en el espejo, miro la cama y se armo de valor para volver a dormir.
Cayó dormido otra vez. Estaba en el puerto de una bahía del pacifico, saludando con mucho empeño a una familia, entre ellos había una mujer hermosa, peinada de forma extraña y con un rostro exquisito, una niña con las mismas facciones de el y con el pelo de esta mujer, sonreía y saludaba con el mismo entusiasmo que Julio lo hacia en el sueño y finalmente este chico, de pelo corto que lloraba a mas no poder. Julio miro a su izquierda donde un hombre estaba sentado con una sonrisa en la cara, Julio lo reconoció al instante, era su hermano, no lo veía desde hace diez años y ahí estaba como si nada hubiera pasado. - Lindo día elegimos Julio para ir eh. - dijo mientras apuntaba su mano a la gran nube de tormenta que se acercaba-. Cuando intento responder, Julio descubrió que en su sueño no podía hablar así que solo le mostró una sonrisa y se sentó a su lado. Al siguiente segundo Julio volvía a estar ahogándose en el pacifico, volvía a desesperarse a blandir sus brazos a mas no poder y cuando iba a perecer despertaba asustado en su departamento.
No lo soportaba mas, no quería volver a sentir ahogarse cada vez que tenia el sueño, se decidió a entender porque soñaba algo así y lo primero que le vino a la mente era su hermano, pero no tenia como contactarlo ya que hacia años que no se hablaban. Fue a la cocina y calentó la cena, cuando la término se lavo las manos, se miro unos segundos en el espejo, miro la cama y se armo de valor para volver a dormir.
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