¿no hay en tu casa de esos arbustos altos? ¿esos que se vuelven paredes y dejan de ser arbustos? Uno les da una terminacion en vez de regarlos y los pinta como pared, en vez de cortarle las malas raices. Eso pasa con mis sueños, los pinto como realidad y olvido a lo que vienen a ser.
Seguramente alguna vez lograre escribir sobre como pasar al otro lado, vivir del otro lado y perder el tiempo, conocer los laberintos atemporales, morir cien veces en tres miradas y conocernos.
Hoy en el colectivo analizaba esa posibilidad. La excusa fúnebre de que soy una persona que le hace mas caso a sus sueños que a sus manos y que a sus ojos. Así han caído ideas perfectas, como obsesiones múltiples y colores. Así se muestra mi tristeza forjada por como tus manos caen en las mías en mi mente y en mis manos no. Pero utópico se quiere ser y se quiere que mis manos realmente puedan llegar a esas manos tuyas.
Por eso me da tanta curiosidad el choque de anhelos, sea positivo como un amor correspondido, o sea una tortura como lo es el desamor, el suicidio y esos arbustos que quieren ser solo arbustos pero nosotros los convertimos en sueños.
Por suerte existen las bolsas de aire en los autos, para poder perdernos en ellas.
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