I'm slowly lost on you


Una tela sobre la mesa toca un fósforo usado y sus restos de calor y flama encienden una porción de esta. Y sobre el tiempo que toma la tela en encenderse completamente, los retratos en la pared se asustan al saber que no hay nadie en casa y que moriran uno a uno fluidos en fuego, en quemaduras lisas de papel. ¿Que diferencia hay en un vidrio empapado y un portaretratos prendido fuego?. Una caja de cartón en el medio de la sala prosigue el incendio que pretende acabar con la vida de tantos objetos inanimados. Los sillones comienzan a gritar, estruendan astillas de azul tono y ennegrecen. Las cortinas saben que tendrán una muerte rápida, las paredes y la puerta no corren la misma suerte. El piano comienza a tocar su despedida, tristes tonadas para alimentar el fuego e iluminar las almas que se perderán en las gigantes lamparas rojas y naranjas. El fuego crece, toma alturas abismales, temperaturas inhabitables, el humo es mudo y no avisa que la habitación esta en llamas, no quiere que nadie se salve. Estallan los focos de las lamparas; llenan de vidrios un piso oscuro que descansa luego de haber sido asesinado. Minutos más tarde, todo ennegrece. Varios hombres retratados han muerto y ya no cuentan sus historias, ya la muerte les ha manchado su vida de cenizas eternas.

Quien realmente muere soy yo, que al llegar a mi casa me he visto envuelto en esta desgracia.
Pero sentado en las cenizas me llama un amigo y me cuenta que ama a alguien que no le corresponde. Y quien le corresponde es una basura. Y de repente el incendio me parece una boludez.

Lo importante ahora es que yo si estoy bien. ¿no?
Tengo alguien sonriendo en mis manos.