Relojes paradigmaticos.


Han sido diecinueve años en los que cada accion se justificaba por una segunda. Donde un vaso medio lleno estaba frente a mi silla, que un grupo de personas supo arrojar y desaparecer antes de que los viera. Ha sido un año donde mi alma ha gritado piedad y solo ha recibido grandes sensaciones; adictivos lirios, logias que no se desiparan jamás.
Han sido diecinueve años, una vida sin arrepentimientos.
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Mi pecho esta en llamas, oh Clarisa, consumeme en tus sabanas de seda, vierte en mi boca la clara muerte eterna, llévame contigo con un beso, quizá dos. Y así quizá no necesite ver el cielo ni verme en el espejo para saber que estoy aquí. Y la tristeza es una idea vacía, ¿Como estar solo en una habitación llena de felicidad? Y aunque clarisa no está, aunque la extraño en un modo casi violento, casi estallante, mi mente entre el colapso; me matas amor.
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Se sentaba a la tarde a mirar sobre las cortinas los rayos de sol que le cortaban la cara. Cuando la hija de Clara miraba sentado al anciano y decía con una voz angelical: "mira mamá, esta muerto". Sin embargo el hombre resucitaba, sus ojos se enervaban cada pocos segundos, seguro se sentía incendiado o quizá con las manos en vasos de agua congelada. Que gran cráter ha dejado una bala en el pecho de un hombre simple, de pronto uno siente el viento de otra forma, da miedo acariciarlo porque no es lo mismo..
Pero incluso en el hombre más perdido hay un poco de vos, quería mucho salir de ahí, quería dejar de ver por la ventana, necesitaba algo más parecido a lo que tenia en esos días de mayo, necesitaba un abrazo simple y sincero. Quería comprar globos de helio y volar sin tener que pensar nunca más en nada.
Quería llorar, llorar y que deje de arder el alma. Quería todas las burbujas del lugar.
Y ella tira el vasito de detergente, se acerca y me sonríe diciendo-
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Una noche celestial del veintidós de enero de un verano en el que Felicia no quiso venir a Pinamar, llovió como nunca. Y yo, decidido a llamarla, preferí sentir la lluvia y sus inconclusas razones convencerme de no hacerlo.
Entre por la puerta principal a la fiesta que daba la recepcion, me habian avisado la tarde anterior, me rehuse a ir y alli, coronaba las charlas de los pobres señores solos.
Mostraba un traje azul, giraba sobre si misma, le oi decir a un camarero: "que lujuria sustenta Clara", una vez, dos veces, me acerque y entable conversacion.
Mis zapatos se iban amoldando a lo que ella me decia.
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El demonio blanco cantaba por el camino que terminaba en el sol. En eso aparece pepeltrop, el niño que cuando lloraba sufria de combustion espontanea.. Los demonios le jugaban bromas asi el pobre terminaba incendiado.
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Se trata de mantener un pequeño respeto frente a las perspectivas. Claro, muchos pueden haber sentido el mismo desgarrador momento, pero nadie vive las cosas de igual manera, nadie ve los fantasmas que yo veo en cada perfecto cuadro físico.
Lo peor es tratar a alguien como si lo que le acontece no tuviera ningún sentido real y se tratara de convencer a esta persona de que la vida sigue.
La vida no sigue, en realidad es algo que se dicen los tristes conformes para olvidar y futurizar las cosas.
Las cosas tienden a ser tan reales, que si uno no las sufre se pierde esa vida, ese carpe diem, que no sigue sino que se nos muestra y te absorbe en otros mundos que quizá no todos comprenden.
Aquí me ves sonreír mientras todas las tazas de té se van rompiendo en mis manos, mira como se planean los arcoiris en el limonero y como llueve ceniza.
Usted podrá ocultarse, nosotros preferimos mojar nuestras lenguas.
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Supe que se fué a su casa, hizo frió y nunca lo volví a ver. Me recuerdo saludandolo desde la vereda despidiendo el coche que se alejaba en la noche. Era un viernes de abril y quedamos en un bar de esos que se encuentran en la Diagonal. Pedimos la misma copa y él la observo como si en sus formas y brillos se escondieran sus recuerdos y entre esos brillos y reflejos algo parecido a un rojo sangre.
Miguel recorrio la casa desde la cocina hasta las escaleras que daban a la habitacion y de ahi camino lentamente al espejo mientras ideaba silogismos sobre espacios y luces.
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Por diecinueve años más.