Cincuenta pesos

La vida es un sueño, el relativismo, el naturalismo dramático, gran convergencia de géneros que resurgen desde el alma, desde las ásperas yemas de los dedos de Aristoteles. La crisis de los individuos, psicológica como imaginativa, penetra lenta en un rio de sangre histórica. Y uno a uno batalla su ser, conforma un nuevo modelo estilistico, una nueva estructura a quebrar. Soy nada, atemporal en una rutina donde los personajes secundarios buscan sus propias salidas y el tiempo hace que el argumento deje de importar. Si mi mujer idealizada ha muerto en brazos de otro, no importa. Si Dante pudo soportar uno tras otro los sueños en los que Beatriz lo purificaba, yo también podré.

Pero necesito ese sufrimiento, esa humillación constante, esa soledad que solo las cadenas pueden retorcer. No vaya a ser cosa que un surrealismo me arruine el proyecto de escritura.