Loummiere tiene los ojos rojos como la sangre, vacios como mi carne vacia. A veces azules, a veces un poco hirientes. Lo que Loummiere no sabe es envolver las tazas en papel de diario para que no se rompan en la mudanza. Lo que yo no se es como convencerte de que quiero ser un avion de papel que aterriza lentamente en tu pelo, hasta que el olor a quemado ilumina las pupilas de tus amigas asi como la cigarra incendiada ilumina al niño triste. Y todos notan que soy un fracaso, como los mosquitos. No me quites la unica forma de sentirme bien, no quiero té, no soy más una formula magica, un turbio río soñador; ahora soy un monstruo escritor.
La sublime intención del rojo
Armonía acomodada
Roes racimos de odio
Amaneces aquí, extrañada.
Lado oscuro, preocupada
hAblas suave, desmallada
Rompes tu seda, tornasolada
Alerones de agua tibia y tan, tan buscada.
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